Los médicos se indignan ante la sobrecarga de trabajo y la falta de soluciones de Juanma Moreno.
Los centros de atención primaria, en desuso durante la pandemia por medidas de seguridad, vuelven a abrir sus puertas con un doble objetivo: atender a los pacientes y ser la primera barrera de contención del covid-19. Un doble cometido que amenaza con escenificar, aún más si cabe, las carencias del sistema sanitario, cuestionado ya mucho antes de la aparición del coronavirus, en especial, por los propios profesionales del sector, alegando una deficiente gestión por parte de la Junta de Andalucía.
Antes que el covid-19 fuera una realidad, la sobrecarga de trabajo era una de las principales quejas de los médicos. El elevado número de pacientes por consulta provoca que la atención médica deba reducirse a unos pocos minutos en los que el profesional debe acertar con el diagnóstico. A esta labor se suma ahora también la tarea de detectar de forma precoz un posible caso de covid-19 con el objetivo de aislarlo y evitar la propagación del virus. Una labor que añade más presión al profesional sanitario.
Falta de profesionales. El sistema sanitario no destaca por el excedente de plantilla. De hecho, sindicatos como Satse advierten de que sería necesaria la incorporación de 4.000 enfermeras en atención primaria. Y eso solo en el sistema sanitario andaluz. Los refuerzos médicos, consecuencia de la pandemia, pueden ser una solución, pero nada asegura que esos trabajos vayan a mantenerse en el tiempo y hayan sido, por tanto, una medida de emergencia con fecha de caducidad.
Temor a un posible rebrote. El covid-19 ha dejado claro que el sistema sanitario no estaba preparado ni en condiciones para hacer frente a una pandemia y la propagación del virus mostró las debilidades y las carencias del mismo. La situación ha mejorado y la curva ha sido doblegada, lo que ha permitido que se avance en la desescalada, pero la posibilidad de un rebrote sigue estando ahí y muchos expertos advierten de que el virus puede irrumpir de nuevo con fuerza una vez finalice el período estival.
Población sin anticuerpos. A todo ello hay que unir los resultados del estudio de seroprevalencia que han mostrado que la mayor parte de la población carece de anticuerpos para hacer frente al covid-19. En la provincia de Huelva el dato es más que significativo: solo el 1,5% de los onubenses tiene defensas frente al coronavirus, mientras que el resto, más de 513.000 onubenses están indefensos.
Riesgo de colapso sanitario. Todos estos ingredientes configuran un escenario en el que temido colapso sanitario debe ser tenido en cuenta. Máxime en una población en la que la mayoría de sus localidades (60 de 80) tienen menos de 5.000 habitantes y cuentan con una población envejecida y, por lo tanto, especialmente vulnerable a los efectos del covid-19.
El refuerzo del sistema sanitario y una acertada organización de los recursos se presentan como claves si se quiere conseguir, primero, que la atención primaria actúe como dique de contención del coronavirus; segundo, que los pacientes sean atendidos en las mejores condiciones posibles; y tercero, no se produzca el temido colapso sanitario ante un posible rebrote.